Tropo Editores les presenta el libro:
Cuatro veces fuego
de Lara Moreno
“Cuatro veces fuego” es el segundo libro de relatos de Lara Moreno. Lo sé de buena tinta, pero se me hace difícil creerlo. Porque estos relatos son la obra de una escritora con la experiencia y los recursos suficientes para recrear el mundo como si lo viéramos por primera vez. La compasión sin juicios, la mirada siempre hacia el gesto pequeño, la gramática hecha olores, sensaciones, tacto sutil. Leo “Maneras de estar sediento” y veo el mar, siento la brisa salada en el rostro y el sabor del agua verde. Leo “Noli-Me-Tangere” y me encuentro decidiendo rutas hacia otros países de nombres remotos mientras en casa espera la rutina. Leo “Incisiones” y tomo de la mano a esa mujer que decide. Leo “La menuda” o “La danza” y siento lástima por esos hombres que entregan a la cara oculta de la luna su felicidad.
El milagro de la ternura en los relatos de Lara no es casual; es una forma de percibir el mundo, el sustrato de poesía que anida entre las raíces de una erudición profunda, la savia que circula por un árbol lleno de líneas concéntricas, una por cada libro leído, una por cada persona observada, una por cada palabra desechada, todas formando dóciles universos y alimentando unas hojas verdes y espesas que buscan la luz del sol, y bajo las que disfrutamos el frescor de una sombra generosa. Gracias por “Durante horas”, Lara.
Ida Ferrero
Cuatro veces arde la vida en su largura, una por cada dolor, cada alegría; las manos que agotan el tiempo y prenden la llama revuelven luego la ceniza. Algo buscan.
Hay faldas pequeñas, muslos mojados, besos que van a dar donde más duele y una isla donde todos los abuelos se echan al mar. En los relatos de Cuatro veces fuego las flores manchan, la comida pringa, el vino se derrama y los relojes pican en la muñeca. Un mundo insólito arde en cada uno, una centella que zumba, nos atraviesa, nos imprime la quemadura de un enigma. En el umbral, Lara Moreno nos concede que hurguemos un instante y cierra la puerta enseguida; detrás, el universo sigue latiendo, y en la piel la quemadura escuece. Los personajes de Cuatro veces fuego tienen la firme idea de ordenar sus vidas, y la vida tiene la idea firme de impedirlo. Se abrasan, tiemblan, se descalzan, se sientan a nuestro lado, pacíficos y espinosos, y nos dicen al oído que quieren contarnos algo. Dicen, por ejemplo: «La vida puede soportarse en los tejados». Dicen: «He visto cosas hermosas y no sabría explicarlas». Lara les responde: «Es complicado hablar de ciertos mundos», y tal vez sea porque ella escribe en un valle, lejos, sentada sobre una piedra al sol.
Pablo Gutiérrez
Lara Moreno nació en Sevilla en 1978, pero es onubense.
Tiene publicados el libro de relatos Casi todas las tijeras (Quórum, 2004) y el poemario La herida costumbre (Puerta del Mar, 2008), ha participado en varias antologías y revistas culturales. Con Igriega Movimiento Cultural, ha sido editora del libro de microrrelatos Los vicios solitarios (2003) y la antología Aquí y ahora. Voces de poesía (2008). Vive en Madrid y trabaja como editora y correctora para editoriales literarias.
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