29 oct 2008

Miguel Carcasona



Nacido el 9 de julio de 1965 en Sangarrén, (Huesca). Reside en Villamayor (Zaragoza). Nacido el 9 de julio de 1965 en Sangarrén, (Huesca). Es un narrador y poeta aragonés que ha recibido numerosos galardones por sus obras. Es el único escritor que ha ganado el premio Santa Isabel de Portugal en las dos facetas, relato y poesía. Entre otros reconocimientos se encuentran el VI Premio “Ciudad de Cádiz”, el III Premio “Villa de Benasque” o el III Premio “Luis Del Val”. Ha publicado el poemario "En el arcén de la costumbre" (Institución Fernando el Católico, 1998) y "Esquirlas del espejo" (Colección Baltasar Gracián. DPZ. 2006).
Además, varias publicaciones dispersas en libros colectivos, revistas y prensa (Heraldo de Aragón, Heraldo de Huesca, Rolde, etc.) que abarcan poesía, relatos y algunas colaboraciones periodísticas.



1. La pregunta obligada: ¿cuál es su escritor y libro favoritos?


Hay varios. Pongamos “El llano en llamas” de Juan Rulfo.

2. En su proceso creativo personal –nacimiento de la idea, escritura…-, ¿cuál es la parte que más duele?


En mi caso, el proceso equivale al de la gestación y el parto. El surgimiento de la idea siempre es placentero. Luego pasa un tiempo desarrollándose en la hormigonera del cerebro (la gestación) y termino volcándolo en la escritura, que como cualquier parto resulta lo más doloroso.

3. ¿Cuáles eran sus lecturas cuando era adolescente?


Recuerdo dos que me marcaron especialmente: “La Ilíada” que leí y releí varias veces cuando tenía unos quince años y “La guerra del fin del mundo” de Vargas Llosa, por la que me perdí varios partidos del mundial de España. Aparte, lo clásico: Verne (sobre todo “La isla misteriosa”), Tebeos (entonces los llamábamos así) como El Jabato o Capitán Trueno y el Dicen (periódico deportivo culé).

4. Sábado por la noche, solo en su casa, abre ese libro que hacía tiempo que deseaba leer, ¿agua, café o whisky?


Ninguno de los tres. Cuando leo no me gusta que me molesten ni, por supuesto, molestarme a mí mismo con tonterías. Si tengo sed, me levanto a beber agua y punto. El café es un rito que prefiero acompañar con una buena conversación o, en su defecto, con lecturas menores (periódico, teletexto, etc.) Y el whisky me lo prohíbe el médico, y como soy muy bien mandao...

5. Una de las facetas míticas del escritor es el famoso “bloqueo” ante la hoja en blanco. ¿Usted lo sufre? ¿Cómo lo supera?


Más que el bloqueo ante la hoja en blanco sufro el frenazo tras el primer párrafo. Y, la verdad, aún no he conseguido superarlo “profesionalmente” (será por eso que sigo siendo amateur).








6. Ahora una comprometida, dénos un motivo para leer su último libro.


Que “Esquirlas del espejo” contiene mejor literatura que, al menos, el setenta por ciento de los libros leídos por usted en el último año y por ello se merece una oportunidad (y si no se lo cree, haga la prueba, léame y luego lo discutimos).

7. ¿Qué motivo haría que mañana usted dejara de escribir para siempre?


Que no tuviera la necesidad de escribir.

8. Si no es una inconveniencia: ¿cómo te llamaba tu madre de pequeño?


Fíjate que mi madre siempre me ha llamado Miguel, que yo recuerde, mientras que todos las vecinas del pueblo me llamaban (y me siguen llamando) Miguelín.

9. ¿Cuál es su opinión sobre el panorama literario aragonés?


Que por fortuna hay mucho – lo que conlleva que también haya de todo – y además con variedad de estilos. Ya el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. El problema no es que surjan demasiados escritores, sino que la promoción de algunos por factores distintos a la mera calidad (capillas, amiguismos, etc.) pueda implicar que otros pasen desapercibidos e, incluso, no consigan publicar con mediana dignidad.

10. Finalmente, ¿cuál es el libro que está leyendo actualmente?


“El niño con el pijama de rayas”; ya estaba cansado de oír hablar de él y no poder opinar directamente.

21 oct 2008

Un día

Allí, inmóvil, sobre las piedras y con los pies desnudos y el pelo mojado notaba cada vez más el frío que se calaba en sus huesos. Se arrepintió de haberse metido en el agua, pero le parecía que hacerlo era una obligación. No quería darle a Mark el gusto de llamarle cobarde. Más bien, no le gustaba que nadie nunca le llamara cobarde y pensaba que quizá ésa era una de las razones por las que por fin había aceptado la idea de mudarse junto a Mark a Italia y empezar una nueva vida juntos. A partir de ése día, ya nada sería lo mismo. Se puso el jersey y la bufanda, y se levantó un segundo para abrocharse los pantalones. Notó que temblaba, y por un momento dudó de si sería por el frío o por lo que iba a pasar en las próximas horas.
Al levantar la vista vió a Mark salir del agua y caminar lentamente hacia las rocas. No me lo puedo creer, pensó, el mar está congelado, y él no parece tener ni pizca de frío ¡ni siquiera corre! Le miró los pies mojados, llenos de arena, y después se miró los suyos, más pequeños y de color rosado por el frío, y apresuró en ponerse los calcetines.
- El agua es buena hoy- dijo Mark al llegar a las rocas.
- Está, Mark, está buena.
Mark sonrío, reconociendo su pequeño error y se acercó a darle un beso. Pedro se apartó; no quería arriesgarse a que los vieran juntos tan cerca de su casa.
- ¿No tienes frío?- Le preguntó.
- Un poco – contestó él – bueno, ya sabes que esto no es nada comparado con mi país.
Pedro sonrió y le tendió una toalla. Se acordó de su primera visita a Suecia, antes de que fuesen pareja, cuando Mark sólo era el compañero erasmus de su hermana Lola, y ésta aún no había decidido cambiar la carrera de económicas por la escuela de circo; cuando todo era “normal”; cuando él todavía no tenía ni idea de que lo suyo con su novia no funcionaría nunca, por mucho que lo intentase.

- ¿Sabes Mark? Mi hermana y yo veníamos mucho a esta playa cuando éramos pequeños.
- Y, después, ¿no veníais?
Pedro sonrío

- No – dijo. Mi padre nos llevaba a otra playa; decía que ésta estaba llena de hippies y maricones.

Al llegar a casa, encontraron a los padres de Pedro frente a la televisión en el salón. Su padre les saludó desde su sillón de piel, donde permanecía horas, viendo las noticias o leyendo el periódico, con las piernas estiradas y la mano derecha jugueteando con el bigote.
Su madre le hizo una señal para que le siguiera a la cocina, mientras Mark se sentaba en el sofá, fingiendo, como en los últimos días, que no entendía ni una palabra de castellano.

- ¿Qué te pasa mamá? - preguntó Pedro - ¿Estás bien?
- ¿Lo tenéis todo preparado, hijo?
- Sí, sí claro. Nos vamos mañana. ¿Por qué? ¿Quieres que nos quedemos un día más contigo aquí?
- No, no; déjamelo todo a mí. Tú preocúpate de ser feliz; te lo mereces. Creo que es mejor si os vais esta noche. Pedro…han adelantado la emisión. El programa va a empezar en menos de cinco minutos
- ¡¿Cómo?!
Pedro se apresuró en volver al salón, y se sentó junto a Mark, cuidándose de mantener las distancias, pero asegurándose de rozarle la rodilla lo suficiente como para comunicarle que algo iba a pasar. Su madre se sentó junto a su padre y se dispuso a servirle la misma copa de coñac que tomaba todos los días a esa hora. Éste se incorporó en el sofá y preguntó:
- Y vosotros, ¿dónde habéis estado hoy con el frío que hace?
- En la playa- respondió Pedro
- ¿En la playa? Seguro que ha sido idea de tu amigo este tan raro que has traído, que con tres grados que tenemos va por ahí sin abrigo ni nada…
- Déjalo Miguel, que te va oír y…
- ¡Pero si no entiende nada mujer! – interrumpió el padre- ¿No lo ves? No se entera. Además es raro, y punto. Mira, si no fuera porque es tan alto y corpulento, hasta te diría que es maricón – dijo sonriéndose, mientras Pedro se mordía la lengua, como tantas veces antes había hecho.- Y tú, Pedro - continuó su padre - en cuanto tu amigo el extranjero se haya ido, más te vale quedarte en casa estudiando todos los días, que así no vas a llegar a nada nunca. No se para qué sigues pagando matrículas a la universidad si no tocas un libro, y eso que te convencí para que hicieras una carrera decente. Mira a tu hermana Lola en Canadá, a punto de terminar el master en dirección de empresas después de acabar económicas. Ella llegará lejos y nos hará sentir orgullosos, pero tú…
- Miguel, deja al chico que acaba de llegar – dijo su madre

Pero su padre la ignoró y continuó hablando
- La peor desgracia que le puede caer a un padre después de un hijo maricón es un hijo vago, y tú…

En ese momento Pedro miró fijamente a su padre, porque sabía que sería la primera vez que lo vería dejar una sentencia de esas a medias. Ya no se tocaba el bigote, ni sostenía el vaso de coñac, que se había caído al suelo, haciéndose añicos. Simplemente tenía los ojos clavados en la televisión, donde la imagen mostraba a su hermana Lola, último fichaje del circo europeo, abriendo un espectáculo de Navidad con un número de trapecismo y contorsionismo único en el mundo.
Pedro cogió la mano de Mark, miró a su madre; y ninguno de ellos necesitó decirse nada, para decírselo todo.




Ester Gallardo (Alumna de la escuela George Orwell, curso 2007/08)


16 oct 2008

"Cuatro veces fuego" ya en su librería



Tropo Editores les presenta el libro:

Cuatro veces fuego
de Lara Moreno


“Cuatro veces fuego” es el segundo libro de relatos de Lara Moreno. Lo sé de buena tinta, pero se me hace difícil creerlo. Porque estos relatos son la obra de una escritora con la experiencia y los recursos suficientes para recrear el mundo como si lo viéramos por primera vez. La compasión sin juicios, la mirada siempre hacia el gesto pequeño, la gramática hecha olores, sensaciones, tacto sutil. Leo “Maneras de estar sediento” y veo el mar, siento la brisa salada en el rostro y el sabor del agua verde. Leo “Noli-Me-Tangere” y me encuentro decidiendo rutas hacia otros países de nombres remotos mientras en casa espera la rutina. Leo “Incisiones” y tomo de la mano a esa mujer que decide. Leo “La menuda” o “La danza” y siento lástima por esos hombres que entregan a la cara oculta de la luna su felicidad.
El milagro de la ternura en los relatos de Lara no es casual; es una forma de percibir el mundo, el sustrato de poesía que anida entre las raíces de una erudición profunda, la savia que circula por un árbol lleno de líneas concéntricas, una por cada libro leído, una por cada persona observada, una por cada palabra desechada, todas formando dóciles universos y alimentando unas hojas verdes y espesas que buscan la luz del sol, y bajo las que disfrutamos el frescor de una sombra generosa. Gracias por “Durante horas”, Lara.
Ida Ferrero



Cuatro veces arde la vida en su largura, una por cada dolor, cada alegría; las manos que agotan el tiempo y prenden la llama revuelven luego la ceniza. Algo buscan.
Hay faldas pequeñas, muslos mojados, besos que van a dar donde más duele y una isla donde todos los abuelos se echan al mar. En los relatos de Cuatro veces fuego las flores manchan, la comida pringa, el vino se derrama y los relojes pican en la muñeca. Un mundo insólito arde en cada uno, una centella que zumba, nos atraviesa, nos imprime la quemadura de un enigma. En el umbral, Lara Moreno nos concede que hurguemos un instante y cierra la puerta enseguida; detrás, el universo sigue latiendo, y en la piel la quemadura escuece. Los personajes de Cuatro veces fuego tienen la firme idea de ordenar sus vidas, y la vida tiene la idea firme de impedirlo. Se abrasan, tiemblan, se descalzan, se sientan a nuestro lado, pacíficos y espinosos, y nos dicen al oído que quieren contarnos algo. Dicen, por ejemplo: «La vida puede soportarse en los tejados». Dicen: «He visto cosas hermosas y no sabría explicarlas». Lara les responde: «Es complicado hablar de ciertos mundos», y tal vez sea porque ella escribe en un valle, lejos, sentada sobre una piedra al sol.

Pablo Gutiérrez





Lara Moreno nació en Sevilla en 1978, pero es onubense.
Tiene publicados el libro de relatos Casi todas las tijeras (Quórum, 2004) y el poemario La herida costumbre (Puerta del Mar, 2008), ha participado en varias antologías y revistas culturales. Con Igriega Movimiento Cultural, ha sido editora del libro de microrrelatos Los vicios solitarios (2003) y la antología Aquí y ahora. Voces de poesía (2008). Vive en Madrid y trabaja como editora y correctora para editoriales literarias.

14 oct 2008

Marisa Frisa

Nació en 1969. Es licenciada en Psicología Clínica y actualmente está cursando Filología Hispánica. Ha ganado más de cincuenta galardones literarios nacionales e internacionales, entre ellos Barcarola o Isabel de Portugal. Ha publicado cuatro novelas: Lo que nunca me dijiste, El resto de la vida, Breve lista de mis peores defectos y Quince maneras de decir amor, estas últimas en la editorial Martínez-Roca.


Ha colaborado en varias colecciones de cuentos y revistas de creación literaria.




1. La pregunta obligada: ¿cuál es su escritor y libro favoritos?

Que pregunta tan difícil ¡hay tantos…!, pero por decir alguno: Cien años de soledad y Mario Vargas Llosa.

2. En su proceso creativo personal –nacimiento de la idea, escritura…-, ¿cuál es la parte que más duele?

Pasar de la página cien y encontrar un final.

3. ¿Cuáles eran sus lecturas cuando era adolescente?

No eran nada sesudas, más bien Rosa Montero, Jesús Ferrero y Agatha Christie.

4. Sábado por la noche, solo en su casa, abre ese libro que hacía tiempo que deseaba leer, ¿agua, café o whisky?

Cola-cola.

5. Una de las facetas míticas del escritor es el famoso “bloqueo” ante la hoja en blanco. ¿Usted lo sufre? ¿Cómo lo supera?

Creo que nunca he sufrido de bloqueo, mi problema es más de falta de tiempo.

6. Ahora una comprometida, dénos un motivo para leer su último libro.

Todos los que lo han leído aseguran que les ha encantado.

7. ¿Qué motivo haría que mañana usted dejara de escribir para siempre?

No se me ocurre ninguno, a lo mejor si dejara de tener ideas…

8. Si no es una inconveniencia: ¿cómo te llamaba tu madre de pequeño?

Mari.

9. ¿Cuál es su opinión sobre el panorama literario aragonés?

Creo que contamos con un grupo de narradores, y sobre todo de cuentistas, de gran calidad.

10. Finalmente, ¿cuál es el libro que está leyendo actualmente?

Introducción a la literatura Norteamérica de Borges.

Gracias Marisa

11 oct 2008

CARNE de Eider Rodríguez

451 Editores se dirige a lectores ambiciosos. A los que tienen un alto nivel de exigencia. A los que buscan otra literatura. A los que entienden el placer que da la lectura y necesitan más: más calidad, más sabor, más literatura. Más vida.


Carne
Eider Rodríguez
Un intenso recorrido por los bajos fondos de nuestro tiempo, guiado por la más novedosa y personal cuentista vasca.

La autora presentará este libro en Madrid el martes 14 de octubre mediante entrevistas concertadas con los medios de comunicación.
Las decisiones equivocadas pueden convertirse en laberintos singulares.
Una empresa que ayuda a los ciudadanos a burlar al Ministerio de Sanidad para tomar sus decisiones más íntimas; una pija bulímica que cree que los problemas los tienen los otros; una mujer que se desmarca de su pareja en una particular búsqueda de piso; una víctima de mobbing con una curiosa visión de la moralidad; una joven que visita a su abuela y prefiere no despedirse...
Eider Rodríguez, escritora hiriente y provocativa, escribe desde el enfado, la autoparodia y la sinceridad, pero sin exabruptos ni condenas. En un estilo inusual y directo, plantea escenas de la vida cotidiana partiendo de una posición introspectiva y comprometida con sus personajes, sin desmarcarse de sus andanzas, penas y miserias.
Eider Rodríguez (Rentería, 1979) es periodista, editora, traductora y guionista. Ha publicado hasta elmomento el volumen de relatos Y poco después ahora (Ttarttalo, 2007, publicado en versión original como Eta handik gutxira gaur, Susa, 2004). Carne es la versión castellana, realizada por la propia autora, de su segundo libro, Haragia (Susa, 2007). En la actualidad vive en Hendaya.
Si quieres concertar una entrevista con la autora o necesitas más información, puedes ponerte en contacto con:
Marina Díaz
Disueño Comunicación
91 702 23 88

9 oct 2008

Los chicos no lloran

Duerme mi niño, mamá vela tu sueño, no dejaré que nadie te haga daño, no permitiré que nadie te moleste. Papá está durmiendo y yo aquí contigo.
Tu serás la luz de mis ojos, en ti he puesto mis esperanzas, tu padre no sabe velar por ti, pero mamá no dejará que nada te turbe.
Serás el hombre que siempre busqué, en tu cuna, vestido de azul, la habitación preparada y todo esperando tu llegada.
Eres el fruto de mis entrañas, la fuente de mis alegrías, no, no llores vida mía, nunca estarás solo, tu madre te acunará para que nada te dañe.
Tu padre no sabe lo que es llevarte en las entrañas, sentir tus latidos, tu fuerza empujando, noches enteras hablando contigo, mi mano sobre el vientre, mi vida puesta en ti.
Te siento fuerte, seguro, alimentándote de mi, siendo uno conmigo, nueve meses de espera, cuarenta semanas soñando tu cara, serás como yo, no, tu no llorarás, los chicos no lloran, son fuertes y seguros.
Dulce espera llena de música y tacto, de alimentos sanos, de ejercicios para que estés fuerte, nada de pruebas que te puedan dañar, yo te cuido vida mía, nadie entrará en mis entrañas para molestar tu sueño.
Tu padre quiere que vayamos al hospital, qué sabrá el de nuestro amor, de nuestra relación, no permitiré que otras manos te cojan en el principio de tu vida.
No sufras, papá duerme, me he asegurado de que no despertará, será un secreto entre los dos, nadie nos separará.
Hace días que no siento tus patadas, que tu latido no se une al mío, pero tu te alimentas de mi fuerza, yo te mimaré, no tengas miedo, mi amor es más fuerte que cualquier problema que pueda surgir. En mi vientre estás seguro.
Siento dolor, mucho dolor, te pariré con dolor, te tendré a mi lado en poco tiempo, cortaré el cordón que nos ha unido, te lavaré y pondré a mi pecho, seguiré dándote mi vida, mi aliento y la fuerza que me sostiene, tranquilo, ya falta poco, me agarro a la cama y empujo, empujo con todas las fuerzas de las que soy capaz. Un poco más y estarás en mis brazos.

Ya está, muy bien niño mío, así se hace, los chicos no lloran, tu no has llorado, que carita tan bonita, ni tan siquiera tienes hambre, ni tan siquiera mamas, que bien alimentado estás.
No cortaré el cordón, así estaremos unidos siempre, nadie nos separará, mi sangre se escapa y tu sigues sin llorar, fuerte, valiente, como yo te he preparado.
Mi niño, mi vida, ahora vamos a dormir, que nadie perturbe nuestro sueño, que nadie nos moleste.


Victoria Gracia
(Alumna de la Escuela de escritura creativa George Orwell 2007/08)

6 oct 2008

Club de Lectura Ibercaja: Literatura de viajes

La AL Trespeldaños, dentro del Club de lectura del Centro Ibercaja Actur, realizará este otoño unos clubes de lectura sobre literatura de viajes. Está dirigido a todo aquel que quiera descubrir la aventura de viajar por medio de diversas obras de la literatura aragonesa, española y universal.
Tendrá lugar un miércoles al mes, los alumnos inscritos leerán el libro que se les facilitará en calidad de préstamo y en la sesión presencial harán un análisis y debate de la obra.
El día 19 de noviembre, el escritor aragonés Fernando Jiménez Ocaña conversará sobre su libro “Entre Umbría y Borgoña. Aventuras de un viajero iletrado”, que describe una travesía a través de Europa.
El 17 de diciembre, se conversará sobre el libro “El desierto de los tártaros” de Dino Buzzati.
El horario es de 19 a 20,30 horas.
El ciclo está coordinado por el escritor Amadeo Cobas

Para inscribirse o recibir más información:

Centro IberCaja Actur
C/Antón García Abril nº 1 (50018)(Zaragoza)
976 73 36 20 - ccactur@ibercajaobrasocial.org

Os esperamos a tod@s.
Un saludo

1 oct 2008

Carmen Santos



Carmen Santos nació en Valencia, el 8 de marzo de 1958. Vivió en Düsseldorf (Alemania) desde los cuatro hasta los dieciséis años. En 1974 regresó con su familia a Valencia. Allí residió hasta 1981. Ese año se trasladó a Zaragoza, ciudad donde se siente en casa desde entonces.



Ha publicado las novelas LA VIDA EN CUARTO MENGUANTE (Zócalo Editorial, 2003), LA CARA OCULTA DE LA LUNA (Debolsillo, 2004) y DÍAS DE MENTA Y CANELA (Plaza & Janés, 2007).




1. La pregunta obligada: ¿cuál es su escritor y libro favoritos?

Es difícil nombrar sólo a uno, pero como hay que elegir, mencionaré a Paul Auster. Soy una fan absoluta de Auster y como libro favorito tengo “Brooklyn Follies” (bueno, también “Leviatán”).

2. En su proceso creativo personal –nacimiento de la idea, escritura…-, ¿cuál es la parte que más duele?

El proceso que más me cuesta es el de la primera escritura, cuando tengo la historia en la cabeza, pero aún no hay nada escrito y hay que crear la estructura de la novela desde cero. Después, paso otro momento dolorosillo que es cuando doy por acabada la novela. Por una parte, me siento feliz de haber llegado “a buen puerto”, pero por la otra, al terminar un libro siempre me queda un vacío que duele durante unos días.

3. ¿Cuáles eran sus lecturas cuando era adolescente?

De adolescente leía muchos libros de Enid Blyton (las series de internados, las de aventuras, como aquella de “Los Cinco”…). Después, empecé a picotear por aquí y por allí y leí desde Julio Verne hasta Agatha Christie pasando por alguna obra de Shakespeare.

4. Sábado por la noche, solo en su casa, abre ese libro que hacía tiempo que deseaba leer, ¿agua, café o whisky?

Como se trata de elegir entre esas tres posibilidades, a esas horas bebería agua. Aunque si puedo añadir otra cosa: un chocolate calentito estaría bien.


5. Una de las facetas míticas del escritor es el famoso “bloqueo” ante la hoja en blanco. ¿Usted lo sufre? ¿Cómo lo supera?

Con el tiempo, he ido comprobando que lo que me da buen resultado en esa situación es seguir escribiendo a toda costa, aunque luego ese texto se aleje de lo que tenía pensado o incluso me parezca horrible al releerlo. Creo que lo importante es superar ese bache sin atascarse. Una vez pasado el bloqueo, si el producto no está a la altura, siempre existe la posibilidad de corregirlo o de borrarlo entero y volverlo a escribir.

6. Ahora una comprometida, dénos un motivo para leer su último libro.

Puesto que toca mojarse, voy a ser inmodesta: porque le enganchará y tendrá oportunidad de conocer la vida de los emigrantes españoles en Alemania durante los años sesenta y setenta.

7. ¿Qué motivo haría que mañana usted dejara de escribir para siempre?

Creo que sólo dejaría de escribir si ya no se me ocurriera nada que contar, pero eso sería terrible.

8. Si no es una inconveniencia: ¿cómo te llamaba tu madre de pequeño?

Carmen (es que en casa éramos muy poco originales).

9. ¿Cuál es su opinión sobre el panorama literario aragonés?

Creo que la literatura aragonesa se encuentra en un momento muy bueno. Hay editoriales aragonesas muy sólidas, tanto las que llevan muchos años como otras de reciente creación, y a los autores aragoneses se nos tiene en cuenta en el panorama nacional.

10. Finalmente, ¿cuál es el libro que está leyendo actualmente?

“Bajo los vientos de Neptuno” de Fred Vargas.


Muchas gracias, Carmen.